4 de julio de 2011

Lo sagrado y la masonería II

Las visiones del fenómeno religioso: lo divino o sagrado, el misterio, la fuerza vital, el Tao, etc que se sustentan en los pilares como son las creencias y los rituales, son profanas a la masonería. Son profanas por que si bien compartimos el concepto de rito con las religiones no lo hacemos con las creencias o dogmas.

Sin embargo, negando el dogma en el sistema masonico, poniendo la libertad de conciencia como bandera previa, incluso antes de admitir a un candidato, ¿Por que llamamos profano a lo ajeno a la masonería?. Evidentemente por que en nuestra orden existe unos caracteres sagrados inherentes al rito y a la vivencia masonica.

Los dos hechos sagrados en masonería, son, a mi juicio, los mitos de la victoria sobre la muerte (transcendencia) y la construcción de un masón y una sociedad mejor.

La victoria sobre la muerte, que se sustenta en las leyendas del grado de maestro y de los grados filosoficos escoceses 3º, 4º, 9º y 14º no pretende explicarnos que ocurre a los seres humanos tras la muerte, no puede hacerlo al ser la masonería una institución que permite a sus miembros la decisión de creer o no creer y en qué creer exactamente. ¿De que hablamos?, ¿hablamos de una muerte carnal o hablamos de la muerte como un símbolo de intrascendencia o de una vida estéril y sin consecuencias para la mejore moral y social de la humanidad? Yo creo que el sentido laico de la victoria sobre la muerte son los hechos en nuestra vida que dejan un poso, por pequeño que sea para la posteridad, mas allá, evidentemente, de la herencia vital que supone tener un hijo o de herencia material. Se trata de una transcendencia que hace crecer al ser humano individual y a la sociedad en general: Recordemos la frase ritual del simbolismo “para la mejora moral y material de la humanidad”

La victoria sobre la muerte es la transcendencia el sentido de ir allende lo habitual tanto en el conocimiento como en la vida el concepto de trascendencia incluye además la idea de superación, por ello, no admitimos el dogmatismo como una dimensión de la expresión profunda del ser humano.

La masonería pone como centro de su reflexión al ser humano, busca comprender al masón como un ser que vive y sabe que vive en este mundo.

El saber humano es la dimensión propia del ser pues es el único ente biológico que necesita comprenderse para saber quién es, quién quiere ser y qué puede hacer con su vida la comprensión que nuestra vida y trabajo pueden permanecer en el tiempo y en el espacio mas allá de nuestra propia existencia nos ayuda a tratar de responder a las cuestiones existenciales ¿Qué es el hombre?, ¿De dónde venimos?, ¿Hacia dónde vamos?, etc.

En la edad antigua, Platón y Aristóteles definieron al hombre como la unión de cuerpo y alma, en el medievo, en el que todo gira en torno al concepto de Dios. Al hombre se le interpreta por su relación con Dios, al hombre se le considera compuesto de cuerpo y de un alma considerada algo de naturaleza espiritual, libre e inmortal, la victoria sobre lo finito era solo espiritual y no terrenal. En la edad Moderna, con el racionalismo, se identifica el alma con nuestro pensamiento. Todos los hombres tienen conciencia de sí mismos y a esa conciencia se le llama alma.

La masonería no habla de alma humana, no habla de una dualidad del ser, si no del ser y sus obras, lo sagrado en masonería son nuestras obras que trascienden a nosotros mismos.

La construcción de uno mismo y de la colectividad que se sustenta en el grado de compañero y en las leyendas de los grados  escocistas 5º,6º,7º,8º,12º,15º,16ºy17º es la segunda localizacion de lo sagrado en masonería.

Recordemos que en el lenguaje popular “Se ha hecho a sí mismo” dicen del hombre al que tenemos por modélico, por ejemplar, en fin, por todo un dechado de virtudes, los imbuidos del pensamiento iluminado, de buenas costumbres e integrado en la sociedad que le circunda.

Y esta construcción es sagrada, por ser la vía iniciatica elegida y por ser una forma de tomar consciencia de esa trancendencia que tenemos que implementar en nuestra vida a fin de vencer a la muerte como lo hace el maestro Hiram cuando renace en la ceremonia de exaltación a la maestría.

Como epilogo, es sorprendente que un mensaje tan sencillo como “soy un ser humano, único y especial, por ello debo ser mejor cada a día para hacer cuanto de mi dependa en mi mejoramiento ético y material, del mismo modo que tengo que dejar detrás de mi un mundo mejor y mas esclarecido”, sea la base de la masoneria

El escocismo, a traves del simbolo lleva a este mensaje en un proceso, grado a grado, exaltación a exaltación, que si conseguimos interiorizarla y asumirla, el reto de la transcendencia esta a nuestro alcance y conseguiremos el objetivo.


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