30 de abril de 2006

BREVE HISTORIA DE LA MASONERÍA ESPAÑOLA - PARTE 3

En los albores del siglo XX
Tras la crisis masónica finisecular, con el comienzo del siglo XX, en 1900, puede decirse que las únicas organizaciones masónicas formales que había en España eran el Grande Oriente Español, con su sede en Madrid, y la Gran Logia Regional Catalana Balear, con sede en Barcelona, habiendo desaparecido o dejado de existir todas las demás. Entre ambas masonerías se estableció, en 1903, un pacto de amistad y mutuo reconocimiento.

Este pacto fue cumplido estrictamente por ambas partes hasta la muerte de Morayta en 1917 cuando el Grande Oriente Español constituyó logias en Barcelona rompiendo las cláusulas del pacto. Como reacción la Gran Logia Regional Catalana Balear, en 1920, extendió su jurisdicción a todo el territorio de España y asumió el título de Gran Logia Española, integrada a partir de 1921 en la Asociación Masónica Internacional de Ginebra.

A partir de este momento y hasta la guerra civil de 1936 las dos únicas obediencias de importancia en España serán el Grande Oriente Español, y la Gran Logia Española, de la que posteriormente se separarían algunas logias desidentes constituyendo la Gran Logia Unida, que apenas tuvo importancia, y que, en 1931, estaba integrada por tan sólo once logias.

También hubo, desde Barcelona un breve y fallido intento de resucitar el Grande Oriente de España, y en Canarias se constituyó, en 1922, una Gran Logia de Canarias, que acabaría, en 1926, auspiciándose a la Gran Logia Española.

Entre 1927 y 1936 se calculan 33 logias y 10 triángulos en la Regional Centro; 14 logias y 8 triángulos en la Noroeste; 25 y 5 en la Nordeste; 11 y 5 en la Levante; 63 y 32 en la Mediodía; 10 y 2 en la Sudeste; 10 logias en la Hispano Argentina; y 10 y 2 en la de Marruecos. Lo que da un total de 175 logias y 64 triángulos.

A partir de 1930, con la caída de la dictadura, se inicia un nuevo período de euforia masónica que culminará en 1933 para luego iniciar cierta recesión, más apreciable en el número de miembros que en el de logias, debida en gran medida a las campañas de la CEDA y de Falange Española en contra de la masonería.

Entre 1900 y 1936 se contabilizan 229 logias a las que habría que añadir 64 triángulos. El total de talleres masónicos, en teoría, se sitúa, pues, en 293. Sin embargo estas cifras son muy aleatorias y solamente tienen un valor aproximado, tanto por los vacíos documentales como por la propia dinámica de transformación de triángulos en logias, fusión y desaparición de logias, etc. En cuanto al número de miembros, no parece que superaron los 5.000 ni siquiera en el momento de mayor auge y esplendor como fue la segunda República.

Por lo que respecta a la otra obediencia, la Catalana-Balear, alcanzó su mayor desarrollo al transformarse en 1921 en Gran Logia Española. En 1922 eran solamente 10 logias. Diez años más tarde eran ya 41, a las que hay que añadir las 8 que formaban la Gran Logia de Canarias, y otras 11 disidentes de la Gran Logia Española, y que por aquel entonces constituyeron una pequeña, en importancia y duración, Gran Logia Unida.

Con la sublevación militar de Franco, la masonería fue aniquilada en la llamada zona nacional, refugiándose los masones supervivientes en el territorio republicano o en el extranjero. Como la masonería se adhirió desde el primer momento de la guerra a la República Española, se vio obligada a seguir la suerte de ésta. Una de las últimas noticias, fechada el 1.° de marzo de 1939 cierra con su elocuencia dramática, el ciclo de la guerra. Se trata del salvoconducto dirigido a todos los Talleres y masones regulares esparcidos por la superficie de la tierra, en el que se decía lo siguiente:

SABED: Que en el día de la fecha y en atención a las causas que justifican el estado presente de la España liberal, perseguida por el triunfo de las fuerzas enemigas, la Francmasonería Española se ve obligada a abandonar su país, y espera que todos prestéis la ayuda moral y material a vuestros Hermanos que, en el exilio forzoso, no dudan recibir de vosotros.

Esta "plancha de viaje", como se lee en el documento en cuestión, está firmada por las dos obediencias existentes entonces en España: el Gran Oriente Español, y la Gran Logia Española.


Un año después, el 1.° de marzo de 1940, con la promulgación de la Ley de Represión de masonería y comunismo se iniciaba otra etapa: la del total exterminio de la masonería por parte de los vencedores.

Tras éste período hay un “impasse” de represión hasta por lo menos el año 1975 con la muerte del dictador, con una masonería en el exilio, y la reposición de la época democrática, en el caso de la masonería se trata de 1977 según los escritos que figuran con la reposición del GOE, pero se trata de la historia moderna hasta la actualidad. Y el panorama actual es motivo de otra entrada.

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